Un viejo que leía novelas de amor, de Luis Sepúlveda
¿Recomendar una novela escrita hace 30 años? ¿Qué sentido tiene? Recuperar libros pasados, que no hemos tenido tiempo de leer porque la vida y la producción de libros de todas clases es muy rápida parece absurdo, porque cada día salen al mercado novedades que son más atractivas. Pero a veces el azar hace que llegue a tus manos un libro del que no has oído hablar nunca, lo coges y te adentras en su lectura. Eso he hecho con la novela que os recomiendo.
¡Oh! ¡Sorpresa! No es actual, sin embargo, resulta agradable de leer. Te sumerges en su contenido, las páginas pasan una a una con rapidez, las palabras, en tu mente, se transforman en imágenes llenas de color y de detalle, sientes el calor y la humedad de la selva, oyes los sonidos de los animales, la lluvia que empapa todo, el paso del ser humano adentrándose en la selva,…Eso me pasó a mí al leer esta novela, que es muy corta y que en una tarde puedes “degustar” como el mejor vino.
La novela está escrita en lengua castellana porque su autor es chileno. En su momento fue muy famosa y ha sido traducida a más de 60 idiomas. También hay una versión cinematográfica. Y os preguntaréis, pero ¿de qué va esta novela? Podéis intuir por lo que he dicho antes que está ambientada en la selva y en un poblado cerca de ella.
El protagonista es Antonio José Bolívar Proaño y el pueblo en el que se desarrolla la historia se llama el Idilio, situado en una región amazónica remota donde viven los indios Shuar de los que el protagonista aprenderá a apreciar la naturaleza y a convivir con ella, a cazar, a respetar las leyes de los animales,…Con ellos vive mucho tiempo y no le resulta nada fácil regresar otra vez al pueblo, a la mal llamada civilización.
Y es en ese nuevo regreso a la vida con otros seres humanos, que el dentista, Rubicundo Loachamin, le hace descubrir los libros y de entre estos los que hablan de amor. Gozará leyendo una y otra vez las novelas que cada vez que Rubicundo va al pueblo le lleva.
En su regreso a “la civilización” descubrirá que los seres humanos con los que se relaciona el alcalde (representante del Estado), los buscadores de oro, los gringos son la causa de la presión de la sociedad frente al individuo, de la mala relación, de los daños y peligros que pueden sobrevenirles a todos los que viven cerca de la selva si no intentan aprender y comprender su realidad, sus características, sus reglas,…
En esta novela podemos descubrir también la defensa que hace el autor de la naturaleza, el respeto que tiene hacia ella, la necesidad de preservarla sin contaminarla por la presencia del ser humano que quiere apoderarse de ella.
Para acabar el comentario, hacer también mención especial de un “personaje” que será determinante en la historia del viejo: la tigrilla.
¡Ah! y si queréis saber porque Antonio José Bolívar vivió largo tiempo con el pueblo Shuar y conoció allí a Nushiño, su mejor amigo, deberéis leer el libro, cerrar los ojos y oír lejana la vida de la selva.
María Rivero Galindo
María Rivero Galindo