Ambientación: círculo de mujeres y en el centro un icono de María Magdalena y un pañuelo por cada participante, una vela y un símbolo feminista dibujado.
1-Canción de inicio: MUJERES EN CAMINO (Ain Karim)
(Se puede bailar como una danza cruzada de mujeres)
2- Texto motivacional:
Nos convoca hoy la memoria viva de María Magdalena: “La apóstol de los apóstoles”. Discípula y referente de autonomía e independencia patriarcal. Los mismos evangelios nos las devuelven como mujer trasgresora resistente en su fidelidad, incluso en momentos de persecución y fracaso, al pie del Crucificado. Es el mismo Jesús quien la reconoce como mujer con autoridad y primera testigo de su Resurrección pese a la incredulidad de los varones. Esta primicia desgraciadamente ha ido perdiendo fuerza en una Iglesia patriarcal que ha intentado domesticar su memoria y construir un imaginario sobre ella haciéndola pasar de discípula a prostituta arrepentida, cuando nunca lo fue y si una mujer seguidora de Jesús de gran significatividad, autoridad y libertad femenina en los primeros siglos de la iglesia, hasta el punto de ser la protagonista de algunos de los evangelios apócrifos, como el que lleva su nombre.
Hoy la reivindicamos como símbolo de autoridad y liderazgo en la iglesia de iguales que anhelamos y con la que estamos comprometidas. Invocamos su memoria y la de tantas otras mujeres que nos han precedido. Ellas son nuestra genealogía de resiliencia, emancipación y libertad en la faena de hacer histórico el Evangelio hoy.
3-Oramos con ellas
Mi madre fue una aramea errante.
Padeció la esclavitud en Egipto.
Entonces se dirigió al Di-s de nuestras madres
Sara, Agar, Rebeca, Raquel, Lía (…) .
Mi madre fue guerrera, juez y ramera.
Miriam, Yeal, Débora, Judit, Tamar. (…)
Di-s la hizo partícipe de su sabiduría y poder
Al servicio de la liberación de las oprimidas
Mi madre fue una judía Galilea.
Tuvo un hijo maravilloso
que fue perseguido, odiado y ejecutado (…) .
Mi madre fue una testigo de la Resurrección de Cristo,
la Apóstol de los Apóstoles,
rechazada, olvidada, proclamada prostituta,
María de Magdala, vanguardia en la ekklesia de las mujeres (…) .
Mi madre fue apóstol, profeta, fundadora y maestra,
llamada al discipulado de iguales,
dotada de poder por Dios, Sofía de Jesús,
Marta, Febe, Junia, Priscila, Marta, Ninfa, Tecla,
Mi madre fue una mujer cristiana llena de fe (…)
una mística, una bruja, una mártir, una hereje,
una mujer compasiva, una nativa indígena, una esclava negra,
una inmigrante pobre, una vieja hechicera, una mujer sabia,
digamos con ella en cada generación,
alabada sea Di-s que nos representa a todas nosotras
(Podemos recrear incorporando figuras femeninas significativas para nosotras hoy)
5. Proclamamos el Evangelio: Lucas 8,1-3
Jesús recorría ciudades y aldeas, proclamando y anunciando las buenas nuevas del reino de Dios; con Él iban los doce, y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, y Juana, mujer de Cusa, mayordomo de Herodes, y Susana, y muchas otras que le servían con sus bienes
6-Canción: María Magdalena ( Ain Karim)
(Podemos acompañarla con una danza circular con movimientos hacia el interior del círculo y movimientos expansivos hacia el exterior)
7. Adentrándonos con María Magdalena en la espiritualidad del soltar
Vivimos en una iglesia más aferrada al pasado que abierta a la irrupción de Di-s en los nuevos signos de los tiempos, entre ellos los movimientos de liberación de las mujeres. Una iglesia más anclada en la pérdida y en la nostalgia, que en la promesa y el riesgo del evangelio. Una iglesia con resistencia y miedo a decir hola y adiós, ignorando que en la danza del acoger y despedir nos jugamos el dinamismo de la propia vida. María Magdalena es experta en la danza del hola y del adiós, en el aprender a vivir soltando y no aferrándonos al pasado ni a las seguridades. En esa espiritualidad del soltar, de la que Magdalena es maestra nos jugamos el encuentro con el Di-s vivo, que nos cita hoy en nuestro mundo
Su tentación como la nuestra fue la de anclarse en las pérdidas y en el duelo ante un presente desconcertante e incierto, pero pudo más en ella el riesgo de ponerse en camino hacia lo novedad y la sorpresa de Di-s en lo inédito que había que acoger y gestar colectivamente. Sentirse renombrada por la Vida y enviada por ella a anunciar su radical novedad la llevó a recorrer caminos insospechados para una mujer de su época. Afrontó el presente y anticipó futuro, con todas las consecuencias esto conlleva en las sociedades e iglesias patriarcales.
De su mano somos urgidas hoy a vivir “soltando”, decir hola a lo nuevo y a lo que despunta como alternativo hoy en nuestros ambientes y adiós a lo que se va quedando rancio en nuestro modo ser y de estar en el mundo. Pero para vivir soltando necesitamos elaborar adecuadamente los duelos. Sólo “soltando” podemos abrirnos al futuro, si no soltamos, ya no nos cabe nada. Si con lo que ya tenemos está ocupado nuestro espacio físico, afectivo, mental, no hay lugar para nada nuevo.
Por eso necesitamos, soltar, desalojar, dejar espacio. Si no lo hacemos nuestra vida, nuestras comunidades, la Iglesia, se quedará cada vez más añeja y nostálgica y nuestra fe y nuestros compromisos quedarán reducidos a ideología y a tópicos o frases hechas. Adentrarnos en este “suéltame” de Magdalena es atrevernos a soltar lastres, dualismos, lenguajes, esquemas y estructuras patriarcales, excluyentes, clasistas y racistas que matan la vida. ¿Qué es lo que la divinidad encarnada nos urge hoy a abandonar, soltar para poder gestando juntas la ekklesia de las mujeres, la ekklesia de la diversidad desde abajo?
8-Espacio para compartir resonancias de los textos
9-Terminamos con la Danza y canción la audacia del corazón
(Cada participante coge un pañuelo y danza con él gestualizando el acoger y el soltar al ritmo de la canción
Pepa Torres Perez