domingo, 13 de septiembre de 2020

Comentario Evangelio.14 de Septiembre

Dios no envió a su Hijo para juzgar el mundo sino a salvarlo (Jn 3, 13-17) 

Jesús es la revelación más plena de Dios. En su encarnación se hace caricia y abrazo para la humanidad toda empezando por los últimos y últimas. En Él se nos da a conocer como el Dios que desciende y asume la condición humana para salvarla. Su amor no se detiene ante el rechazo o el desprecio, sino que su fidelidad permanece como oferta siempre abierta de liberación y misericordia. Jesús no es el juicio de Dios, sino su salvación. Son nuestras acciones y en definitiva el ejercicio de nuestra libertad y nuestras elecciones las que nos juzgan. Quien vive en el amor y se abre al misterio de la reconciliación al modo de Jesús participa de su plenitud para siempre.