domingo, 4 de junio de 2023

Feliz día de la Trinidad


 Di-s es Relacion y Comunión de lo diverso, por eso nada mas opuesto a Él- Ella que los dogmatismos y la intolerancia  

miércoles, 31 de mayo de 2023

Genealogías femeninas y maestras de vida: Simone Weill (Alandar Mayo 2023)


En el contexto electoral la voz de otra gran maestra de vida: Simone Weill, se acerca a mi oído y como guardando un secreto me cuenta su historia y su compromiso político

Nací en Paris el febrero de 1909 en el seno de una familia acomodada judía y en un tiempo oscuro amenazado de totalitarismo y barbarie como así fue. Mi familia estaba convencida que la cultura era un instrumento imprescindible para hacer a los pueblos y a las personas tolerantes y libres y así nos educaron, tanto a mi querido hermano André, como a mí, en el gusto y la pasión por el estudio y la reflexión crítica.

Desde niña la brillantez intelectual de mi hermano fue para mí un estímulo importante y a veces también motivo de desánimo e incluso de desesperación, porque desde muy pequeña me apasiono el conocimiento de la verdad y durante gran parte de mi vida creí que solo podría acceder a ella a través del conocimiento y la reflexión teórica

Mucho más tarde comprendería que es el propio deseo de búsqueda de la verdad lo que nos va conduciendo a encontrar su rastro y que la verdad más que una idea pide ser encarnada. La búsqueda de la verdad y la compasión hicieron de mí una mujer inquieta y crítica hasta el final de mi vida, difícil de clasificar.

De ellas brotó también mi amor por la filosofía, cuya pasión se haría aún mucho más intensa siendo alumna de mi querido profesor y posteriormente siempre amigo Alain (Émile Chartier). ¡Sus enseñanzas me hicieron despertar a tantas utopías y grandes deseos: la justicia social, la libertad democrática, etc, y a olvidarme de todo lo que no sirviera para tal fin, ¡cosas tan básicas como la forma de vestir o incluso comer!.

Mi paso por la Soborna y la Escuela Normal Superior de Paris, con apenas 19 años contribuyó también enormemente a que mi pasión por la filosofía se hiciera más radical y social y políticamente comprometida. La cuestión de la explotación de las masas obreras en el trabajo y el hambre en el mundo se convirtieron para mí en una urgencia ética. Recuerdo una tarde que Simone de Beauvoir y yo coincidimos en una tertulia donde ella planteó que el mayor problema de la humanidad era encontrar sentido a la existencia. Y yo con toda mi pasión juvenil de aquel momento, no pude menos de cuestionar aquella afirmación como propia de alguien que tenía todas las necesidades cubiertas y que la revolución más necesaria para la humanidad no podía ser otra que poner fin al hambre en el mundo.

Mis comentarios, mi agudeza intelectual y mi forma de vestir siempre desaliñada, me hicieron muy conocida en los ambientes intelectuales de la Sorbona, máxime cuando además era la única mujer de mi clase y empecé a participar en grupos de desobediencia civil y a denunciar la política colonialista francesa. En este tiempo mi experiencia de Dios se me fue confirmado inseparable de la praxis ética y la justicia, hasta el punto de como escribí por aquellos años: creer en Dios no es otra cosa que la acción justa.

Trabajé como profesora de filosofía en la escuela de Le Puy y me incorporé activamente al movimiento sindical, sumándome a las reivindicaciones obreras de los trabajadores más explotados y a dar clases gratuitas a los mineros. Algo que, a la dirección de mi centro, presionada por los padres de mis alumnos, les pareció impropio de una profesora de filosofía e hicieron lo posible por destituirme. Viajé a Alemania para conocer más de cerca el movimiento sindical y el marxismo, hasta que en 1943, tras una larga crisis de salud e ideológica, tomé la decisión de abandonar la política partidista por la violencia y el odio que engendraba, pero seguí siendo fiel al compromiso con los humillados y explotados.

Fue entonces cuando tomé la decisión de abandonar la enseñanza de la filosofía para vivir desde dentro la experiencia de pobreza y explotación. Así lo hice trabajando como obrera en la fábrica de electricidad Alsthom donde, como escribiría más tarde, viví la experiencia de que la sociedad moderna se edificada sobre trabajos para los cuales el ser humano debe obligarse a no pensar. La dureza del trabajo y sus consecuencias terribles para la salud: quemaduras, accidentes laborales, problemas de audición, ritmo inhumano que llevan a las personas a deslizarse hacia el estado de bestia de carga dejarán una honda huella en mi espíritu y me llevarán a participar de la desdicha ajena como propia y junto a ella la solidaridad entre iguales.

Después de la fábrica de Alsthom pasé por muchas otras, pero fue en la Renault donde viví las experiencias más duras y humillantes, la brutalidad de otros seres humanos que (…)imponían la crueldad y la opresión. Allí tuve la experiencia como escribí a mi gran amiga Albertine Thévenon, que una opresión inexorable e invencible no engendra como reacción inmediata la rebelión, sino la sumisión. A partir de este momento supe que dedicaría todo lo que me quedara de vida a luchar para que el ser humano pudiera tener oportunidades para vivir de una forma digna y fraterna. Mi salud se debilitó enormemente y en un viaje que hice a Portugal en 1935 para recuperarme, entre pescadores tuve una experiencia religiosa que marcaría para siempre mi existencia como escribí a mi querido amigo el padre Perrin:

Tenía el cuerpo y el alma despedazados, aquel contacto con la desdicha había matado mi juventud (…) Al estar en una fábrica, confundida a los ojos de todos y a los míos propios con la masa anónima, la desdicha de los otros penetró en mi carne y en mi alma (…). Lo que allí sufrí me marcó para siempre (…). Con este estado de ánimo y en unas condiciones físicas miserables, llegué a ese pequeño pueblo portugués, que era igualmente miserable, sola, por la noche, bajo la luna llena, el día de la fiesta patronal (…) Las mujeres de los pescadores caminaban en procesión junto a las barcas; portaban cirios y entonaban cánticos, sin duda muy antiguos, de una tristeza desgarradora (…). Allí tuve de repente la certeza de que el cristianismo es por excelencia la religión de los esclavos, de que los esclavos no podían dejar de adherirse a ella, y yo me sentí entre ellos.

Fue poco después cuando retomé de nuevo la docencia y la escritura filosófica sin dejar nunca de apoyar a los miles de refugiados que llegaban de Alemania acogiéndoles en mi casa y en la de mi familia. El golpe de estado de Franco y la defensa de la república en España fue para muchos de mis contemporáneos y contemporáneas un revulsivo ante el que nos quisimos ser meros espectadores, Marché entones al frente como periodista en la columna Durruti. Allí el horror de la guerra y la decepción de la izquierda me provocaron una intensa crisis de la que saldrían algunos de mis artículos y reflexiones filosóficas más discutidas.

Al volver a Francia me incorporé de nuevo al activismo pacifista contra la política colonial francesa en Indochina. Dos años después en un viaje de descanso a Italia, en Asís, en la capilla de Santa María de los Ángeles. tuve una segunda experiencia de encuentro con Dios que marcará mi vida para siempre y algo más fuerte que yo me obligó por primera vez a ponerme de rodillas. Al año siguiente en Solesmes, tras asistir a los oficios de Semana Santa: me sentí de nuevo visitada por Cristo y amada por Él intensamente:

Sentí una presencia más personal, más cierta, más real que la de un ser humano, inaccesible tanto a los sentidos como a la imaginación, análoga al amor que se transparentaría a través de la más tierna sonrisa de un ser amado. Desde ese instante, el nombre de Dios y el de Cristo se han mezclado de forma cada vez más irresistible en mis pensamientos.

Por aquellos años escribí algunos de mis textos más conocidos: Meditación sobre la obediencia y la libertad y Sobre las condiciones del marxismo. Examen critico de las ideas de revolución y progreso.

Ya entonces el horror de los totalitarismos, y la guerra marcarán mi reflexión y mi vida para siempre. Fue entonces cuando empezó a tomar cuerpo en mi un proyecto que nunca pude realizar, pero que intenté darlo a luz con todas mis fuerzas: un cuerpo de enfermeras en primera línea del frente. El 1 de Junio de 1940 los alemanes entraron en Paris y forzada por mis padres tuve que huir con ellos hacia Marsella. Allí conocí a mis grandes amigos Jean Lambert, Gilbert Khan, Gustave Thivon, Helene Honrat, que a mi muerte publicarán muchos de mis textos inéditos. A través de ellos conocí también al padre Perrin, mi gran confidente espiritual.

En esta ciudad fui detenida varias veces por mi implicación con la Resistencia. En este tiempo el deseo de estar junto a los trabajadores más humildes me llevará a trabajar como temporera en el campo y a experimentar, como escribí por aquel entonces, un agradecimiento s
incero por(…) haberme sacado de la categoría social de los intelectuales y haberme dado la tierra y con ella la naturaleza (…). Será este un tiempo inmensamente creativo, como si intuyera mi muerte próxima

En mayo de 1942 mi familia y yo con cientos de refugiados embarcamos hacia Casablanca y desde allí a Nueva York. Pero yo no dejé en el empeño de regresar a Europa y así lo hice llegando hasta Londres, dispuesta a colaborar más intensamente con la Resisten
cia al nazismo. Sin embargo, mis planes se vieron muy pronto truncados por mi frágil salud.

Mi deseo de solidaridad me llevó a dejar de comer hasta que el pan no llegara a todos, Mi muerte aconteció el 24 de Agosto en 1943 en Ashford, alejada de mi familia y mis amigos, identificada con los últimos y los perdedores de la historia a los que había ido poco a poco entregando toda mi vida : mi pensamiento intelectual, mi frágil cuerpo y la libertad de un corazón siempre anhelante en búsqueda de la verdad y de encarnarla.


Pepa Torres Pèrez

viernes, 14 de abril de 2023

¿Qué es el Circulo de espiritualidad YADA?

Soy Pilar Aisa de Mujeres y Teología de Zaragoza y formo parte de la Red Miriam, soy Partera, miembro del equipo Yada y del de coordinación.Os voy a contar un poquito que es el YADA.

El Círculo de Espiritualidad Yada, es otro proyecto de la Red. Su nombre proviene del hebreo que significa Conocer por experiencia. Una de sus características es la diversidad de las personas que cada año formamos el grupo, diversas en edad, profesión, estilos de vida, lugar de procedencia…pero con una idea común, la búsqueda de unos días de oración, espiritualidad y cuidados, haciendo hueco a la Palabra y dejando que atraviese nuestra corporeidad y nos empape.

Son seis días en que, un grupo de unas 20 mujeres, nos juntamos en Galicia, donde la Naturaleza siempre es un plus, en ese desconectar del trajín y del ruido, para renovar el aire y los deseos de perforar la realidad y trenzar vínculos entre nosotras, como refuerzo positivo para cambiar estilos de vida, que hagan que otro mundo sea posible.

Esta experiencia la vivimos en circularidad, sin jerarquías, en igualdad, partiendo del momento vital de cada una, alternando tiempos de silencio y de escucha, con aplicación de sentidos, como dice Ignacio, para en ese Sentir y Gustar internamente lo que vivimos…tratar de encontrar a Dios en todas las cosas.

Junto a esta pedagogía ignaciana y algunas claves de los Ejercicios Espirituales, nos acompañan genealogías femeninas que nos aportan su mística y su música, en esta danza de la vida. Así como mujeres actuales, activistas, defensoras de DD. HH y del Medio Ambiente, que vienen a ampliar y enriquecer el círculo. La Ruah, siempre fecunda y multiplicadora, deja sentir su presencia en tono de alabanza.

Tenemos espacios celebrativos y otros, donde ponemos en común los sabores y saberes de cada una, con una valoración al alza, de la diversidad. Siempre con perspectiva de género.

Os animamos a que vayáis calentado motores para a próxima convocatoria

 Pilar Aisa 





lunes, 10 de abril de 2023

RESUCITAR LA IGLESIA DESDE LAS MUJERES ( Cristianismo y Justicia. Abril 2023)


 El pasado 5 de marzo en la acción performativa que la Revuelta de mujeres en la iglesia- Alcem la veu celebramos en Madrid, frente a la catedral de la Almudena, para exigir el fin de nuestra discriminación en la iglesia, revivimos la experiencia de aquellas mujeres que en la mañana de Pascua se pusieron en marcha hacia el sepulcro. Mujeres, que aun con el corazón y sus sueños hechos pedazos portaban también seminalmente en su interior la esperanza que la injustica, la desigualdad, y la violencia no podían tener la última palabra en la historia. En aquel éxodo de mujeres aconteció lo inédito. El sepulcro se abrió y en el cuerpo roto de Jesús torturado, Dios-Madre se rasgó para dar a luz una nueva humanidad, una nueva creación, una nueva iglesia.

Al amanecer del primer día de la semana, iban María Magdalena, María la de Santiago, Salomé y la otra María, de camino hacia el sepulcro. Iban pesarosas, compartiendo su profunda tristeza, su desconcierto. Les sobrecogía la incertidumbre, la indignación por todo lo acontecido con Jesús. ¿Cómo había sido capaz de llegar el poder religioso a semejante ignominia¡¡).

Han matado a Jesús de Nazareth, se decían consternadas

Han matado a nuestro Maestro, repetían con perplejidad.

Sin voz, sin palabra, sólo les quedaba el discreto papel que les había dejado el sistema patriarcal y clerical: ungüentar, amortajar, llorar, velar lo yerto, el cuerpo de su amado.

Aun así, no perdieron su perfume, su aroma, su seña de identidad y se pertrecharon con toda clase de especias aromáticas para aplacar el olor a muerto, a podredumbre.

Mientras caminaban hacia el sepulcro se decían unas a otras,

“Ya no cabe esperanza en esta Iglesia; no es posible el cambio.

“No sé” decía otra, todavía esperanzada.

“¿De verdad crees que vamos a poder mover esta pesada losa?, ¿Qué ingenua!”

“¿Quién nos moverá la piedra de esta Iglesia jerárquica y Clerical? Es imposible”

“¿Quién nos moverá la piedra para entrar al sepulcro?”

Somos muchas las mujeres cristianas en el mundo que experimentamos conmocionadas y comprometidas que la violencia y la injusticia con las mujeres al interior y al exterior de la iglesia no pueden tener la última palabra. Aquel que murió de vida, por anunciar el Evangelio como una Buena noticia de liberación para las mujeres nos cubre con su Ruah creativa y resiliente en el compromiso y la exigencia de la ekklesia de Jesús como comunidad de iguales, hasta que las últimas sean las primeras (Mt 19,30-20).

Por eso esta Pascua. habitadas por el espíritu de aquellas primeras portadoras de perfumes renovamos nuestro sueños y compromisos inaplazables como mujeres en la iglesia, sintiendo que se va alumbrando algo nuevo, pero que tenemos que seguir soñando y trabajando insistentemente por ello. La Pascua renueva nuestro convencimiento de que el Resucitado es el Crucificado, encarnado también en las crucificadas de la historia, con ellas nos invita a alumbrar de nuevo la iglesia y la mesa inclusiva de la sororidad. Por eso la pascua es tiempo de renovar sueños y compromisos:

Soñamos y trabajamos por una iglesia que rompa con la antropología patriarcal, que legitima la subalternidad y la discriminación de las mujeres. Frente a ello proponemos una antropología relacional basada en las relaciones de mutualidad. Una antropología que recupera imágenes y lenguajes sobre la divinidad también femeninos, ignorados tradicionalmente en la historia de la iglesia, pero que sin embargo forman parte de la revelación bíblica. Una iglesia que elimine el lenguaje patriarcal y sexista de homilías, textos y documentos y se atreva a interpretarlos, no sólo para leer la Biblia y vivir el evangelio de otro modo, sino para que sean liberadores para la humanidad entera.

Soñamos y trabajamos por una iglesia que reconozca de hecho, que los cuerpos de las mujeres son cuerpos a imagen y semejanza de Dios y por tanto aptos para representar lo divino y nunca objetos de explotación y violencia.

Soñamos y trabajamos por una iglesia que favorezca la cultura del cuidado, el buen trato, y las relaciones horizontales en todos sus espacios. Una iglesia con tolerancia cero con la pederastia y las violencias machistas, dentro y fuera de ella misma. Una iglesia que mire a los ojos a sus víctimas y se ponga de su parte poniendo en marcha mecanismos que hagan posible la justicia, la reparación y la prevención

Soñamos y trabajamos por una Iglesia en la que las mujeres seamos miembros de pleno derecho. Porque en un mundo en el que las mujeres tenemos responsabilidades políticas, sociales, económicas y de gobierno, resulta incomprensible y anacrónico nuestra escasa representación en los principales órganos consultivos, de discernimiento y de decisión de la Iglesia.

Soñamos y trabajamos por con una Iglesia que reconozca la plena ministerialidad de las mujeres. Que no nos niegue ni el don, ni la gracia, ni la vocación, ni el derecho, en virtud de nuestra consagración como bautizadas y en la que desaparezca todo tipo de discriminación por razón de sexo.

Soñamos y trabajamos por una iglesia que se nutra y reeduque desde las aportaciones de la teología feminista, para hacer una lectura crítica y una reflexión de la propia experiencia y del evangelio, convencida que el evangelio no puede ser proclamado si no se tiene en cuenta el discipulado de las mujeres

Soñamos y trabajamos por un iglesia comprometida contra la feminización de la pobreza y de la violencia de género dentro y fuera de ella misma, que respete la libertad y la adultez de mujeres y repiense la moral especialmente la sexual y la económica desde la perspectiva de las mujeres.

Soñamos y trabajamos por una iglesia que se abra al diálogo y la cultura de los movimientos de liberación de las mujeres, subrayando que la igualdad que buscamos no consiste en repetir el modelo masculino ni su comportamiento, sino la igualdad de derechos en una sociedad y en una Iglesia con palabra también de mujer y fundada en relaciones de justicia.

En este camino de sueños y compromisos compartidos sabemos que no estamos solas y que aquellas mujeres de la primera Pascua: La mujer del perfume, María Magdalena, María  de Nazaret, Salomé   Juana, María la de Cleofas  (Lc 24,10; Mt 28,1;Mc 16,1; Jn 20,14-18) nos hacen un guiño cómplice.


Pepa Torres Pèrez



































miércoles, 5 de abril de 2023

Comentario del Evangelio (9 de abril). Alumbrar la iglesia desde las mujeres (Juan 20,1-9)

Alumbrar la iglesia desde las mujeres
(Juan 20,1-9)


En lo relatos de la Resurrección de Jesús el protagonismo de Maria Magdalena y las mujeres es evidente. Sin embargo, su huella fue neutralizándose progresivamente en la historia del cristianismo en aras de la construcción cultural de la subordinación de las mujeres, lo cual “chirriaba” con el papel de liderazgo que tuvieron en el movimiento de Jesús.

Las mujeres que acompañaron a Jesús siguiéndole y sirviéndole con sus bienes, como recoge el texto de lucas 8,1 fueron también aquellas que aparecen acompañándole hasta la cruz (Mc 15,40-41), cuando la mayoría de los discípulos varones le abandonan. Muchas de ellas aparecen de nuevo en las narraciones del entierro, la tumba vacía y las apariciones. 

Su papel como testigos de las prácticas liberadoras de Jesús, incluyendo en sus propias vidas, las capacitó para mirar la realidad más allá de la apariencia y experimentar, como María Magdalena aquella primera mañana de Pascua, que la tortura, la complicidad del poder político y religioso, un juicio injusto y la condena a una muerte maldita como era la crucifixión no podían acabar con tanto amor y esperanza como la vida de Jesús había desplegado.

El Dios Abba, Todo misericordia y cuidado que Jesús les había revelado las empujó, más allá de toda lógica, a ponerse en marcha para ungir aquel cuerpo roto por amor y fidelidad a la Buena Noticia de Dios con los y las más insignificantes y excluidas

El Evangelio de este domingo narra esta experiencia desde el sobresalto de María Magdalena ante la tumba vacía y su anuncio, pero progresivamente va dando el protagonismo no a ella, sino al papel de los varones que lo confirman. 


Del mismo modo la iglesia ha ido reproduciendo y lo sigue haciendo, la invisibilidad y la subalternidad de las mujeres, pese a que es inimaginable hoy en el mundo una iglesia sin el papel activo de las mujeres en ella,

La Pascua de Jesús nos urge a hacerlo todo nuevo y con la ayuda de su Ruah a alumbrar una nueva iglesia construida sobre el cimiento de su cuerpo encarnado y resucitado también en los cuerpos rotos de las mujeres por la pobreza y la violencia patriarcal y donde nadie quede excluido por su condición, de género, clase, sexo, raza.

¿En qué medidas nuestras comunidades somos sensibles a los gritos y los anhelos más profundos de las mujeres que claman liberación, sanación, justicia?

¿Reconocemos hoy entre nosotros y nosotras a las nuevas Magdalenas, Marías, Juanas Salomes? ¿Qué buena noticia y a que cambios nos urgen para resucitar la iglesia?.



Pepa Torres Pérez

jueves, 30 de marzo de 2023

Acuerpando rebeldías y propuestas como red estatal: II Encuentros de representantes Revuelta de mujeres en la iglesia- Alcem la veu


Reunidas en Ciempozuelos los días 24- 26 de Marzo los colectivos de mujeres feministas cristianas que formamos parte de la Revuelta de mujeres en la iglesia y Alcem la Veu:

Alcem la veu Barcelona

Alcem la veu Valencia

Alcem la veu Menorca

Asociación de mulleres Cristiás Galegas Exeria

CWC

Mujeres y Teología de Cantabria

Mujeres y teología de la Rioja en la Revuelta de las mujeres en la iglesia

Mujeres y teología de Cabra (Córdoba)

Revuelta de mujeres en la iglesia de Córdoba

Revuelta de mujeres en la iglesia de Bizakaia- Gure Hitza

Revuelto de Mujeres en la iglesia de Madrid

Revuelta de mujeres en la iglesia de Sevilla

Revuelta de mujeres en la iglesia Vitoria-Gasteiz

Revuelta de mujeres en la Iglesia de San Sebastián- Donostia

Revuelta de mujeres en la iglesia Granada

Revuelta de mujeres en la iglesia Málaga

Revuelta de Mujeres en la iglesia de Alicante

Revuelta de mujeres en la iglesia de Gran canaria

Revuelta de mujeres en la iglesia de Asturias

Mujeres en la Iglesia de Burgos por la igualdad

Conscientes que la Ruah nos está empujando de forma vigorosa y creativa con el surgimiento de nuevos grupos empeñados en resucitar la iglesia desde la perspectiva de las mujeres y al modo de Jesús de Nazaret. Agradecemos la inspiración de este encuentro. Un encuentro lleno de pasión diálogo, creatividad, escucha, y acogida de las diferencias. Ya es mañana de Pascua con Marta y Maria

(Jn 11,3,-717.20-27.33b-45)

 

miércoles, 22 de marzo de 2023

II Encuentro estatal de representantes REVUELTA DE MUJERES EN LA IGLESIA-ALCEM LA VEU


 Este fin de semana del 24-26 de Marzo  acuerparemos aun con más  fuerza nuestra rebeldías y propuestas como red estatal hasta que la igualdad sea costumbre   

Presentación del libro : Mujeres ignacianas. Textos esenciales


 Con gran alegría nuestra Red se suma a la edición de este libro como un obra necesaria para la recuperación de las genealogías de las mujeres ignacianas desde sus textos mas esenciales.No te lo puedes perder 

domingo, 12 de febrero de 2023

Yo soy Exeria. Lectura feminista de un viaje en el siglo IV. Presentación en Madrid


 Nuestra compañera Marisa Vidal Collazo  presenta su último libro el próximo día 21 en la librería Fabricantes de sueños. Allí estaremos  disfrutando de este momento  y de esta tan necesaria publicación en la recuperación de las genealogías de mujeres. 

No os lo perdáis  

domingo, 22 de enero de 2023

Revista ÉXODO : LA REVUELTA DE LAS MUJERES EN LA IGLESIA

La Revuelta de Mujeres en la Iglesia es un movimiento de mujeres creyentes nacido en los diferentes territorios del estado español, que denuncia la discriminación de las mujeres en la iglesia católica y propone una reforma de la misma desde la perspectiva de las mujeres. Aglutina a mujeres de larga trayectoria eclesial y también a jóvenes, involucradas en los diversos feminismos. Además de en grupos específicamente de mujeres, en los que trabajamos desde los parámetros de la teología feminista, estamos insertas en diferentes parroquias y comunidades, así como en movimientos eclesiales (HOAC, Comunidades de Vida Cristiana, comunidades de base, etc.) y algunas congregaciones religiosas. No somos recién llegadas.

En este sentido la Revuelta de las mujeres en la iglesia no cae del cielo, sino que nace de una complicidad compartida y sororal: la de Sophia de Dios y la siembra terca y resiliente de los colectivos de feministas cristianas en nuestro país desde hace más de 35 años. Colectivos como El Foro Ecuménico de mujeres (FEM), La Red estatal de Mujeres y Teología, La Asociación de Teólogas Españolas, la Red Miriam de Espiritualidad Ignaciana Femenina, Dones crei
ents, Asociación Mulleres Cristiás Galegas Exeria, etc, y muchos otros. En esta siembra paciente y tenaz hemos ido poco a poco creando espacios de reflexión, acompañamiento, espiritualidad, celebrativos, publicaciones, etc, así como una importante red entre nosotras. Todo este proceso nos ha ido fortaleciendo y empoderando como un sujeto eclesial activo y crítico, convencidas como diría San Ireneo, interpretado con perspectiva de género, que la gloria de Dios es que las mujeres vivan y lo hagan en abundancia.

En este humus, entre octubre del 2019 y enero del 2020, nace la Revuelta de las mujeres en la Iglesia de Madrid y la plataforma Alce la veu, en Barcelona, movimientos confluyentes, aunque con nombres distintos desde la singularidad cultural de cada uno de ellos. El movimiento inicia a su gestación en el contexto de las huelgas feministas convocadas el 8 M y en el que muchas de nosotras y nuestros grupos participamos activamente, así como en diferentes convocatorias donde activistas cristianas feministas nos vamos encontrando en esos años. Nombro algunas de ellas por ser especialmente significativas: El XXII encuentro de Mujeres y Teología, celebrado en Zaragoza, en el año 2018, los 25 años de la publicación del cuaderno Cuándo las mujeres se sienten Creyentes y feministas convocados por Dones HOAC de Barcelona (2018), o la presentación del libro coral Mujeres, Espiritualidad y Liderazgo en la sede de Cristianismo y Justicia, también en Barcelona (2019).

En los diálogos mantenidos aparece siempre un malestar que se torna pregunta incómoda: estamos movilizadas en la sociedad civil ante la situación de las mujeres, pero ¿para cuándo la reivindicación y la propuesta al interior de nuestra iglesia misma?. ¿Cómo empujar una reforma desde las perspectivas de las mujeres y con una profunda inspiración evangélica?. ¿Cómo hacerlo con la mirada puesta en Jesús y su práctica liberadora y transgresora con las mujeres de su tiempo y su contexto? ¿Cómo hacerlo desde el potencial y el bagaje que la cultura de los feminismos ha aportado a nuestra condición de mujeres cristianas?

Las movilizaciones de las mujeres alemanas del movimiento Maria.2. 0 con la boca amordazada, así como la indignación experimentada ante la negación del voto de las mujeres en el Sínodo de la Amazonia y el lanzamiento del video de varias religiosas españolas, que se hizo viral, apoyando la huelga feminista, fue la chispa que encendió el germen de la Revuelta.

Las primeras en lanzar una propuesta de organización fueron las compañeras de Barcelona que lanzaron una convocatoria abierta de mujeres para analizar y movilízanos ante la discriminación en la iglesia. De este modo nace “Alcem la veu,”, que rápidamente se pone en contacto con compañeras de Madrid que secundan la respuesta y la difunden y movilizan por más lugares de la geografía española. Así estalla La Revuelta de mujeres en la iglesia, hasta que a igualdad se haga costumbre que se coordina desde su inicio con grupos internacionales como el colectivo latinoamericano Tras las huellas de Sophia o Voices of faith. Nos aglutina un comunicado en el que planteamos demandas urgentes de reforma en la iglesia que pongan fin a nuestra discriminación y una acción mundial propuesta por Voices of faith: una concentración creativa el 1 de Marzo del 2019 en la puerta de las catedrales de nuestras ciudades.

La pandemia lejos de debilitar el movimiento nos ha hecho más creativas y fecundas. Hoy estamos presentes en más de 19 ciudades de España y con una fuerte organización a nivel mundial. A la vez tenemos una presencia muy activa en el comité ejecutivo mundial de la preparación del Sínodo mundial de mujeres [1] (Catholic womens council), cuyas propuestas están recogidas en el documento “Voces de mujeres voces de todo el mundo”

Estas aportaciones son fruto de un trabajo permanente de talleres que muchas mujeres en muchos lugares del mundo hemos hecho a lo largo del curso pasado en relación con cinco temáticas que nos parecen de urgente abordaje para una reforma radical de la iglesia desde la perspectiva de género: 1) situación de las mujeres en la iglesia, 2) poder, participación y representación, 3) estructura y transparencia, 4) vida sacramental, 5) resistencia y esperanza.

El pasado mes de Octubre una comisión internacional, con representación española entregó este documento, en propia mano, en Roma, a Natalie Becquart, subsecretaria del Sínodo de los obispos, para asegurarnos que llegarán directamente al papa Francisco. Al mismo tiempo estas propuestas están siendo registradas en todos los obispados donde la Revuelta tenemos presencia y en la propia Conferencia episcopal, convencidas que no habrá sinodalidad sin las aportaciones de las mujeres feministas cristianas, porque como decimos en una de las consignas que coreamos en nuestras movilizaciones “nosotras somos el cambio”.

Recientemente acabamos de publicar un libro en colaboración con compañeras de otros continentes, como la teóloga brasileña Ivonne Gevara, la india Kochurani Abraham o la aymara Sophia Chipiana Quispe, contando la historia del movimiento a nivel mundial y nuestras reivindicaciones y complicidades sororales, que ha agotado su primera edición en menos de dos meses[2].

Vivimos un tiempo a la vez de siembra y de cosecha porque, aunque la iglesia apenas ha cambiado desde el Vaticano II en lo que se refiere a las mujeres, las que sí que hemos cambiado hemos sido las mujeres cristianas. Nos hemos hecho mucho más combativas y resilientes desde la fortaleza y el enraizamiento en una tradición silenciada, como han sido las genealogías femeninas en la iglesia y el bagaje de la teología feminista. Nos hemos hecho expertas en sembrar cambios y acompañarlos a base de transgresión y desobediencias. Por eso estamos convencidas que “Lo que otras plantaron, nosotras cosechamos. Plantaron libertades, sueños, desmanes, quejas, lo nuevo, lo porvenir. Les dijeron que no crecería, pero plantaron. Las llamaron locas, pero plantaron, y como lo plantado tenía raíz fuerte (…) todo llegó a nosotras [3] . Del mismo modo La Revuelta de mujeres en la iglesia es hoy una experta sembradora de lo inédito en una iglesia todavía demasiado temerosa al poder de lo femenino en ella. Pero somos atrevidas y seguimos y seguiremos forzando cambios hasta que la igualdad sea costumbre.



Pepa Torres Pérez

Marisa Vidal




[1] https://www.catholicwomenscouncil.org/es/rome-2021

[2] AAVV, La Revuelta de las mujeres en la iglesia, La Imprenta, Madrid, 2022

[3] Slogan del Grupo editorial feminista “horas y Horas, en su colección La cosecha de las mujeres.

lunes, 2 de enero de 2023

TOLERANCIA CERO FRENTE A LOS ABUSOS A MUJERES EN LA IGLESIA : II CONVERSATORIO





























Con el título “Ante el dolor de las víctimas la respuesta de los ilesos" la Comisión de Justicia y reparación contra los abusos, de la Revuelta de mujeres en la Iglesia de Madrid llevamos a cabo este Conversatorio con Olga Belmonte

¡Imprescindible!