(Juan 20,1-9)
Del mismo modo la iglesia ha ido reproduciendo y lo sigue haciendo, la invisibilidad y la subalternidad de las mujeres, pese a que es inimaginable hoy en el mundo una iglesia sin el papel activo de las mujeres en ella,
Una red de mujeres que nos sentimos convocadas por la vivencia de la espiritualidad ignaciana pensada y vivida con perspectiva de género y a la luz de nuevos paradigmas teológicos.
EL FUTURO ES AHORA, EL FUTURO ES HOY (Mc 13,24-32)
Como
ovejas en medio de lobos (
La sabiduría se
acredita por las obras (
El Evangelio escandaliza y es visto con sospecha para quienes viven en la cultura de la satisfacción y la autocomplacencia, Sin embargo es motivo de esperanza y alegría para los y las humildes, para aquellos y aquellas cuyas expectativas no están colmadas con lo que hay, porque en ese orden establecido sus vidas quedan al margen. Desde los ojos del poder político, económico y cultural el Evangelio resulta una ingenuidad a la vez que una amenaza, pues sitúa como primeros a los últimos y últimas. La alegría profunda de Jesús no se basa en el reconocimiento, el éxito o la plausibilidad social sino en la esperanza de los pobres y humildes a quienes los secretos del reino le son revelados.
“Vigilad, pues no sabéis el día ni la hora” (Mt 25,1-13)
El Evangelio es una llamada de atención a nuestra sensibilidad, a vivir con la consciencia despierta para reconocer el paso de Dios por la vida. Como las vírgenes prudentes nuestros candiles han de estar encendidos para descubrir su presencia en el espesor de lo real. La vida no se improvisa. Por eso hemos de cuidar los hábitos del corazón para que nuestra sensibilidad no esté embotada y no se quede prisionera en la superficialidad de los agobios cotidianos. Dios en su encarnación nos sale siempre al encuentro para abrazarnos con su consuelo y su misericordia pero requiere la apertura, y la profundidad de nuestro ser y el cuidado de la esperanza activa.
Salir a las calles para invitar al banquete de la vida (Mt 22, 1-14)
Señor, enséñanos a orar (Lc 11, 1-4)