El encuentro de Jesús con esta mujer pagana y extranjera es un desafío hoy en nuestra sociedad cada vez más multicultural. Una mujer cuya situación desesperada la lleva a tomar la iniciativa reclamando sanación para su hija. Inicialmente Jesús queda desconcertado por esta reacción que rompe con el esquema religioso-cultural androcéntrico judío y por eso la contesta con una dureza inusual. Sin embargo, más allá de esta primera reacción espontánea, la realidad concreta, de esta mujer: su dignidad, su sufrimiento, la terquedad y la autenticidad que ella muestra en su conciencia de que la Buena Noticia precisamente si es de Dios no puede ser monopolizada por ninguna cultura ni religión ni sexo, sino que pertenece a todos, le amplía su visión de la realidad. En el Evangelio de Mateo el encuentro de Jesús con esta mujer marca un antes y un después. Representa la fisura con el exclusivismo de Israel. De ahí que los textos que sucedan a éste resalten sobre todo el orden nuevo instaurado por Jesús como un orden que rompe con toda frontera y elitismo también religioso.