(Mt 10, 16-23)
La propuesta de vida que el Evangelio nos hace no es ingenua ni acrítica.cConlleva dificultades, tensiones y conflictos. Como le sucedió al propio Jesús, vivir de manera descentrada y con el corazón ladeado hacia los más y las más invisibles de nuestro sistema social, implica asumir consecuencias, pues cuestiona el sistema y las relaciones de dominación al apuntar que otro mundo y otras relaciones son posibles. En un mundo quebrado por la injusticia y la violencia estructural la fe nos mueve a tomar partido y a desarrollar al máximo la astucia y la sencillez para abordar las dificultades que por motivos del Evangelio tengamos que encarar cada día. Jesús nos asegura que Él será siempre la fuente de nuestra fortaleza y resistencia y que si nos abandonamos a su confianza la fe será siempre más poderosa en nosotras y nosotras que el miedo.