Seguir la misma suerte que Jesús ( Juan 15,18-21)
La invitación que nos hace Jesús a seguirle es una provocación a nuestra libertad que conlleva consecuencias. El Evangelio tiene la capacidad de transformar el corazón y la vida. Su mensaje de fraternidad e inclusión es percibido como amenazante para quienes construyen su bienestar sobre el olvido del sufrimiento de las víctimas. Jesús denuncia toda práctica religiosa o social que legitima la exclusión e inaugura un nuevo orden sin primeros ni últimos. Por eso su vida es memoria peligrosa y crítica frente a toda forma de dominación e injusticia. Por eso creer en Él y practicar el Evangelio no nos asegura la vida, sino que nos la desinstala profundamente y nos lleva a estar dispuestos y dispuestas a correr su suerte.