El Evangelio es la Buena Noticia del perdón y la reconciliación con los enemigos. Pero esta buena noticia no es fruto de la voluntad, sino del trabajo del Espíritu en el corazón humano. El perdón requiere proceso y exige también reparación, para que no se repita y en ese sentido el perdón sólo lo pueden dar las víctimas. Por eso Jesús se pone en su lugar, para que no haya más víctimas de la violencia, del desamor ni de la injusticia humana. Desde ese lugar abre camino para que la reconciliación y el perdón sean posibles en el corazón humano y nuestro mundo y nos anima a transitarlos.
¿Cómo significar desde nuestras comunidades cristianas la Buena Noticia del perdón y la reconciliación en nuestros ambientes, fracturados por las ideologías, la violencia, la xenofobia la competitividad y el sálvese quien pueda?.