Las señales del Reino (Mc 8,11-13)
Los fariseos exigen pruebas extraordinarias a Jesús para aceptar su mensaje y reconocerle como Mesías. A Jesús le duele su cerrazón y desconfianza y decide marcharse a la otra orilla. Las señales del reino no son extraordinarias, sino que acontecen en lo cotidiano de la vida. Requieren una mirada abierta, con capacidad de dejarse sorprender e impactar ante los gestos de gratuidad, generosidad y belleza que nos rodean en medio de la sencillez de nuestras vidas y en el espesor de los acontecimientos. Una mirada que traspase la cáscara de la realidad y vaya más allá del juicio negativo y la desconfianza radical. Cómo comunidades cristianas ¿Cómo miramos la realidad y cuál es el fundamento de nuestra fe?
Los fariseos exigen pruebas extraordinarias a Jesús para aceptar su mensaje y reconocerle como Mesías. A Jesús le duele su cerrazón y desconfianza y decide marcharse a la otra orilla. Las señales del reino no son extraordinarias, sino que acontecen en lo cotidiano de la vida. Requieren una mirada abierta, con capacidad de dejarse sorprender e impactar ante los gestos de gratuidad, generosidad y belleza que nos rodean en medio de la sencillez de nuestras vidas y en el espesor de los acontecimientos. Una mirada que traspase la cáscara de la realidad y vaya más allá del juicio negativo y la desconfianza radical. Cómo comunidades cristianas ¿Cómo miramos la realidad y cuál es el fundamento de nuestra fe?