¿Quién decís que soy yo? (Mc 8,27-33)
También Jesús nos pregunta hoy a nosotros y nosotras:¿Quién decís que soy yo?. El modo de responder a ella no es una mera formulación teórica sino una forma de situarnos en la vida y ante los demás al modo de Jesús. Confesarle como Cristo significa narrar en gestos y palabras su buena Noticia de liberación en nuestros ambientes.Pero el mesianismo de Jesús no es triunfalista sino compasivo y kenótico y conlleva una dimensión conflictiva. A sus discípulos les cuesta entenderla y se resisten a ella. Para Jesús, negarla como hace Pedro, es edulcorar el seguimiento y tentar a Dios. Esta es quizá una de las principales paradojas del Evangelio, que es a la vez Bienaventuranza, Buena Noticia, pero también signo de contradicción. ¿Quién es para nosotros y nosotras Jesús hoy y qué aspectos de su mesianismo compasivo y kenótico se nos hacen más cuesta arriba en este momento de nuestra vida?.
También Jesús nos pregunta hoy a nosotros y nosotras:¿Quién decís que soy yo?. El modo de responder a ella no es una mera formulación teórica sino una forma de situarnos en la vida y ante los demás al modo de Jesús. Confesarle como Cristo significa narrar en gestos y palabras su buena Noticia de liberación en nuestros ambientes.Pero el mesianismo de Jesús no es triunfalista sino compasivo y kenótico y conlleva una dimensión conflictiva. A sus discípulos les cuesta entenderla y se resisten a ella. Para Jesús, negarla como hace Pedro, es edulcorar el seguimiento y tentar a Dios. Esta es quizá una de las principales paradojas del Evangelio, que es a la vez Bienaventuranza, Buena Noticia, pero también signo de contradicción. ¿Quién es para nosotros y nosotras Jesús hoy y qué aspectos de su mesianismo compasivo y kenótico se nos hacen más cuesta arriba en este momento de nuestra vida?.