Negarse a sí mismo y tomar la cruz (Lc 9,22-25)
En una cultura donde se exalta el culto al yo las palabras de Jesús resultan enormemente contraculturales. Seguir a Jesús es una invitación al descentramiento y a relativizarnos a nosotros y a nostras mismas y nuestras necesidades como medida del mundo y ubicarnos en un proyecto más amplio que es el reino de Dios y su justicia.Esto no implica no amarse a uno mismo, sino que desde la propia libertad y amor es posible descubrir un bien mayor: la projimidad y la solidaridad humana, lo cual conlleva consecuencias. Por eso el valor de la vida no está en guardarla y pretender asegurarla de los riesgos del amor y su dinamismo descentrador, sino en compartirla. Negarse a sí mismo no es por tanto devaluar lo que somos ni los dones recibidos, sino ponerlos en común para la vida del mundo y esto genera conflicto y exige magnanimidad de corazón, como así lo fue en Jesús. ¿Qué significa para nosotros y nosotras hoy tomar la cruz en el seguimiento a Jesús?