La parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro se actualiza hoy en el contexto del banquete neoliberal que acontece en nuestro mundo. La distribución injusta de los bienes condena a personas y pueblos a la cultura del descarte, como denuncia el papa Francisco. La riqueza crece por la desposesión de bienes. Es la otra cara del expolio de derechos, recursos y rentas de los nuevos Lázaros hoy en nuestro mundo frente a la globalización de la indiferencia y la complicidad de los nuevos Epulones. Jesús narra esta parábola porque desea romper este círculo vicioso de la riqueza que se sostiene sobre la pobreza de las mayorías y por eso urge a la escucha de los profetas que señalan que es urgente un cambio de rumbo en las relaciones sociales y en las relaciones económicas. ¿Cómo es nuestro nivel de sensibilidad ante la injusticia global de nuestro mundo? ¿Cómo nos afecta y posiciona como cristianos y cristianas?