El machismo y la violencia contra las mujeres son una constante en la historia de la humanidad y en las religiones, aunque también al interior de las mismas existen tradiciones proféticas que denuncian con fuerza la condena por parte Dios de estas realidades. Jesús de Nazaret no es machista. Su sensibilidad ante el sufrimiento, la exclusión y la violencia contra las mujeres aparece en todos los Evangelios con diferentes matices y tonalidades, pero es especialmente en el Evangelio de Juan donde lo hace con más fuerza e intencionalidad. El texto de la Adúltera es una buena muestra de ello. Jesús rechaza la hipocresía moral de leyes y comportamientos que condenan a las mujeres y disculpan a los varones, posicionándose a favor de las primeras. La práctica de Jesús ante este hecho resulta tan trasgresora que su canonicidad estuvo bajo sospecha durante mucho tiempo. Sin embargo el compromiso de la iglesia con las mujeres frente a toda forma de violencia, y discriminación contra ellas sigue siendo una asignatura pendiente para la iglesia. ¿Qué pasos podemos ir dando en nuestras comunidades cristianas hacia una mayor solidaridad con la mujeres, especialmente con las más empobrecidas y excluidas?.
