El Evangelio es la Buena Noticia de la universalidad. Nadie queda fuera. Por serlo es es una universalidad de abajo arriba y de afuera adentro. Quizás por eso quienes más se van resistir a ella son los más cercanos a Jesús porque “ningún profeta es bien recibido en su tierra”. Por el contrario son los gentiles, los “supuestamente alejados”,como en este caso, un funcionario real ante la situación límite de su hijo enfermo, quienes más se abren con sorpresa y agradecimiento a su novedad radical. El Evangelio es una auténtica revolución de los adverbios, porque son los de lejos y no quienes están más cerca, los de abajo y los de afuera quienes mejor captan la hondura y la liberación del Evangelio, mientras que a los de arriba y a los de dentro les cuesta superar el desconcierto y se resisten a su inclusión y universalidad.
