viernes, 10 de abril de 2020

Comentario al Evangelio. Sábado Santo.11 de Abril


 Amor más poderoso que la muerte (Mt 28, 1-10) 


Hay formas de vivir que revelan que el amor es más poderoso que la muerte y que la Palabra encarnada de Dios actúa fecundamente en la historia, de modo que nunca retorna a Él vacía, aunque tenga que atravesar la densidad del sufrimiento. La palabra de Dios es creadora y apuesta siempre por la vida frente a toda forma de violencia, opresión o muerte. Así se nos ha ido revelando a lo largo de la historia de la salvación como los textos de la Vigilia Pascual ponen de manifiesto. 

Ni siquiera el pecado puede romper esta opción amorosa de Dios por la humanidad y la creación. Pese a nuestras dificultades, esclavitudes e infidelidades Dios sigue apostando por nosotros, incluso en los momentos de absoluta oscuridad, cuando no vemos ninguna salida, cuando nos asalta la certeza de que todo está perdido. Dios se nos ofrece de balde, sin imponerse, sino más bien exponiéndose a nuestra libertad y acogida. 

Pero también nosotros y nosotras, como las mujeres que acudieron aquella mañana de Pascua al sepulcro, podemos estar empeñados en buscar a Cristo en un lugar equivocado. Es en el corazón de la vida, en nuestra Galilea cotidiana donde podemos hallarle y reconocerle en la hondura de lo ordinario dotándolo de sentido y fuerza regeneradora. 

Como el ángel a las mujeres son muchos los mensajeros que pone nuestro camino para señalarnos que su lugar no es la muerte si no la vida, no es el llanto ni el duelo, sino la alegría. El Resucitado nos primerea en el amor y nos invita a involucrarnos con Él para ser una iglesia en salida presente en las periferias que necesitan la luz del Evangelio (EG 24, 20).