jueves, 30 de abril de 2020

Comentario al Evangelio. 1 de Mayo


Jesús se ofrece como alimento (Jn 6, 52-59) 

Comer la carne de Cristo y beber su sangre no es un acto de canibalismo sino de identificación con Jesús y su proyecto, hacerse uno con Él y con la voluntad de su Abba. Por eso la Eucaristía no puede ser nunca una evasión sino compromiso y envío agradecido. Por eso el lenguaje del Evangelio es una Buena Noticia exigente, no alienadora ni cómoda, sino con una profunda capacidad de desinstalación. De ahí la reacción de los discípulos en el texto. Por eso el seguimiento de Jesús no es una cuestión de sólo empeño o voluntad, sino de Gracia, de abrirnos con confianza y abandonarnos a su Espíritu porque es Él el que nos da la vida y nos capacita más allá de nuestras propias fuerzas.